La televisión, universo simbólico 

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

La televisión ejerce en este momento la influencia más importante en la transmisión de la cultura y el mayor medio para modelar conductas jamás inventado. 

Pienso que actualmente, en nuestras culturas occidentales, el "poder fáctico" real se debate entre los que tienen el control del medio televisivo y los que no tienen acceso a este control. 

No es superficial que se descubra a la televisión como la "canalización de la realidad". Para muchos la realidad cotidiana "sin mediaciones televisivas" se ha convertido en tosca y dura, vulgar y sin relevancia, frustrante y poco atractiva.... y añoran esta "mediación" para acercarse a la realidad. Es más, no buscan la vida sin la "mediación televisiva" que les ayude a proyectarse y sublimarla con imágenes altamente sugerentes. 

También ocurre que la imagen del seductor-a en las películas y telenovelas, en ocasiones tan poco real y muy idealista, arrasa toda relación cotidiana con chicos-as de a pie, de la calle, del pueblo e instituto..., no tan bellos-as ni tan "príncipes azules" ni "princesas encantadas", que tienen que ganarse el pan con el sudor de su frente y no "vacilando" por las avenidas con esos coches y motos de última hora. ¡Los reales son "tan de carne"! 

La televisión constituye un "universo simbólico" que se mira en su "espejo mágico" y no quiere otros medios para extasiar al espectador. Ella quiere enamorar al espectador y adentrarlo en su aposento para llenarlo de sus imágenes e influencias.