Una exposición que ofende

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Ayuntamiento de Ibiza ha decidido, en nombre de la “libertad de expresión hasta las últimas consecuencias”, mantener abierta durante todo el mes de septiembre una exposición donde se ofende a la Iglesia católica. Y curiosamente esta exposición está hecha en una antigua Iglesia católica.

Brotan preguntas inquietantes en nuestra sociedad occidental, cada día más perdida en este “bosque de la tolerancia y la libertad de expresión”.

¿Por qué se aboga con tanta frecuencia al respeto de las creencias religiosas y luego con dinero público se atenta contra ellas?

¿Por qué las autoridades permiten estos “ataques a las convicciones católicas” y miran con recelo toda manifestación en contra de las “convicciones islámicas”, que provoca aireadas protestas y venganzas en medio mundo?

¿Por qué se continúa con estas exposiciones “blasfemas e hirientes a la sensibilidad católica” cuando se perjudica y se lesiona a tantos miembros de la comunidad ciudadana de nuestro país?

Una sociedad laica debe tolerar y respetar las creencias religiosas de sus ciudadanos, y más cuando esta creencia es respaldada por una gran mayoría de esos mismos ciudadanos. Y este tipo de manifestaciones lo único que hacen es alentar el conflicto social.

En más de una ocasión he oído que meterse con la Iglesia “vende bien” y no provoca alteraciones sociales de la envergadura de la comunidad islámica cuando se ve ofendida en sus creencias. Y puede que sea cierto que nuestra manera de responder sea interpretada como que “aquí no pasa nada”.

En muchos frentes la política se ha desvinculado de la moral y de los valores éticos, e incluso la política de partidos genera una reacción lamentable hacia las creencias religiosas de instituciones tan respetables como la Iglesia.

La mirada de la Iglesia para los gobernantes lo expresión el Cardenal Vicente Enrique y Tarancón de un manera genial. El Cardenal Vicente Enrique y Tarancón pronunció una homilía maravillosa en la misa del Espíritu Santo celebrada en la Iglesia parroquial de San Jerónimo el Real, en la mañana del 27 de noviembre de l975, con motivo de la exaltación del Rey don Juan Carlos I al trono de España: "…. La Iglesia nunca determinará qué autoridades deben gobernarnos, pero sí exigirá a todas que estén al servicio de la comunidad entera; que respeten sin discriminaciones ni privilegios los derechos de la persona; que protejan y promuevan el ejercicio de la adecuada libertad de todos y la necesaria participación común en los problemas comunes y en las decisiones de gobierno; que tengan la justicia como meta y como norma y que caminen decididamente hacia una equitativa distribución de los bienes de la tierra... "

¡Si, el creyente tiene que tomar nota y discernir dónde quiere que vaya su voto electoral cuando llegue el momento! ¡Es la manera que tenemos de luchar contra estas “exposiciones que ofenden!