Los dueños de la guerra

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

A todos los que diseñan la guerra para este mundo.



Me habéis destrozado el corazón

sin que el latido deje su ritmo

y la vida recorra sus mismos pasos,

sus mismas sendas, sus mismas quejas.

¡Ah, me habéis clavado la espada más honda

en el pecho, en la mente y en los ojos;

me habéis herido tan hondo

que los suspiros humanos vuelan despavoridos!

No me hagáis sangrar más

sin que la impotencia venga avasalladora al alma

y los gritos invadan los huecos del laberinto,

de la herida, de la pena.

¡Ah, me humilláis muy vivo

en el combate, en el parque y en la calle;

me apenáis tan hiriente

que los beduinos interiores buscan lágrimas muy dentro!