Las víctimas del campo de concentración

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Elie Wiesel, premio nobel de la paz y víctima de los campos de concentración comentaba en cierta ocasión: “ En mi primer encuentro con François Mauriac, le dije que los niños judíos en los campos de concentración nazis habían sufrido más que Jesús. Mauriac no pudo contener las lágrimas. Lloró de pena. No contestó nada como era normal”.

Los cristianos sabemos que todas las víctimas de ayer, hoy y mañana encontrarán una palabra de aliento y el sentido último a su sufrimiento. No piensa que Jesucristo sea el hombre que más ha sufrido en la historia humana, sino el que ha ofrecido su muerte por la salvación del hombre y ha dado a su muerte un valor redentor.

¿Qué podía responder François Mauriac a Elie Wiesel que le pudiera convencer en su queja existencial? Sólo respondió unas lágrimas compasivas y solidarias que hizo comprender a Wiesel que aquella página de la historia humana, los campos de concentración, había que olvidarla desde la misericordia divina y pedir que jamás vuelva a salir la cara más diabólica del hombre.