Unas preguntas incomodas

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Un joven inquieto y preocupado se acercó a un sacerdote . Y le comentó su preocupación: “¿Cómo evangelizar a un hombre y a una mujer de una cultura dominante que ha optado por principio a renunciar de las posturas creyentes y ponen como principio al hombre como medida de todas las cosas? ¿Cómo anunciar a Jesucristo en una cultura de tendencia agnóstica que intenta por todos los medios reducir la religión a creación del hombre y a un asunto privado, una época privada de tiempos ajenos al dominio de la ciencia y de la ciencia?

¿Podemos volver a una corriente teológica, en boga durante unos años, que proclame y anuncie “la muerte de Dios” en un mundo que ha prescindido la huella de Él como concepto, irrelevante para las ciencias y para el devenir histórico del hombre? ¿Sin Dios queda algo del evangelio y del anuncio cristiano?

¿Sin culto y sin templos, sin sacerdotes y sin Dios se puede mantener algo de lo esencial del evangelio?”

El sacerdote escuchó en silencio y miró maravillado a las estrellas.