La transformación eucarística de los creyentes

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Es necesario que hagamos una progresiva transformación eucarística de la vida de los creyentes en Cristo.

Solamente la vida concreta y real, histórica y entregada, puede ser celebrada, y solamente la celebración auténtica puede llevarse a la vida.

Verdaderamente la eucaristía es el "culmen de la vida cristiana" pero no hay culmen si no hay una vida que culmine.

No puede haber divorcio entre la vida y la eucaristía, el compromiso social y la celebración litúrgica, so pena de fragmentar la vida cristiana.

El verdadero culto se integra en la vida, en la fidelidad a la alianza, en la promoción y el compromiso.

No solamente podemos subrayar la subida de la ofrenda grata a Dios en todo culto, sino el descenso de Dios a favor del hombre.

El culto y la vida son dos caras de una misma moneda. Ambos verifican la entrega a Dios, ya que el culto auténtico encarna al hombre en la verdadera historia, no ajena a la historia de salvación.