Miserias

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

 

"Si Jesucristo no constituye su riqueza, 
la Iglesia es miserable" 
(HENRI DE LUBAC) 


Dios mío, dame la gracia de tu presencia, 
aquella que hace estallar la fe, 
y deja que mis miedos se desnuden 
para dar paso al encuentro. 

Dios mío, deja que tu riqueza me domine 
y juegue con mi corazón a las prendas 
para que pueda desprenderme de mi apego 
que contagia de sospecha el camino. 

Dios mío, dame el vendaval de tu Espíritu, 
aquel que riza el sentido de lo humano, 

y combate las heridas de mi mundo 
para dar rienda suelta a la esperanza. 

Dios mío, deja que tu cruz me invada 
y siembre de solidaridad mi egoísmo 
para que el hombre se convierta en hermano 
que transforme las sombras de claridades.