San Venceslao Septiembre 28

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

          

          Etimológicamente significa “el más glorioso”. Viene de la lengua alemana.

          Su padre, duque de Bohemia, tuvo una existencia muy breve. A su muerte dejó dos hijos: Venceslao, el heredero con sólo trece años, y Boleslao.

          Durante el tiempo en que el joven logró su mayoría de edad, la madre Dragomira, hizo de  regente. No era cristiana y daba culto a los dioses de su marido. Su regencia duró cinco años, y durante ellos se dedicó a perseguir ciegamente a los creyentes en Cristo Jesús. Su mismo hijo heredero tenía que esconderse cuando quería participar en la Misa.

          Cumplidos los 18 años, mandó construir iglesias, monasterios y ordenó que todos los sacerdotes que estaban desterrados volvieran a su patria.

          Todo esto le granjeó el aprecio y el amor de sus súbditos. Además, él era el primero en dar ejemplo con sus costumbres y su prudente y prestigioso modo de gobernar.

          Su hermano, mientras tanto andaba pensativo y con el corazón lleno de odio. Solamente aguardaba el instante en que pudiese llevar a cabo la venganza infame que anidaba en su oscuro corazón.

          Se unió al grupo de quienes no querían  seguir la religión de Venceslao. Preferían continuar con los ritos y culto a los dioses paganos o falsos.

          Cuando estaba en misa, Boleslao entró con este grupo de paganos. Y, en un acto de cobarde venganza, le dieron muerte el año 929.

          Venceslao tenía la espada en sus manos. Pero en lugar de hacer como su hermano traidor, dijo estas palabras:<< No seré fratricida. Te perdono>>.

          Boleslao llegó a ser el rey que ocupó el trono con la intriga de su propia madre y de este grupo de facinerosos.

          La  bella nación de Chequia lo tiene como a su patrono ilustre, su héroe nacional. Sus restos reposan en la catedral de Praga. 

          ¡Felicidades a los Venceslaos! 

“La ley de Cristo, que se cumple en el amor, nos obliga a procurar la salvación  de las almas más que la del cuerpo” (San Francisco de Asís).