San Tamaro, Enero 6

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa "palma de dátiles". Viene de la lengua hebrea.

El creyente es consciente de que su alegría no es para apropiársela, sino para compartirla. Si no lo hace así, todo se le escapa inútilmente. Desea siempre abrir caminos con alguien para crear a su derredor poemas de amor que canten las maravillas del Señor.

Este joven, con su alegría y recorriendo los caminos con otros muchos seres humanos, allá por el final del siglo V, llegó con otros compañeros suyos a Italia proveniente del Norte de Africa.

Los Vándalos hacían estragos en su tierra. Embarcados en una nave – estilo patera pero sin motor – llegaron a Europa. Le acompañaban 12 compañeros más.

Ya traían la flor del Evangelio sembrada en sus corazones. Po eso empezaron a predicar la Palabra de Dios apenas pudieron.

No hay muchas noticias de Tamaro. Sin embargo, hay amigos de san Agustín que hablan de su vida.

Según Miguel Mónaco, fue un eremita que vivía en los alrededores de Capua.

Cuando faltó obispo en la ciudad, los mismos ciudadanos, que sabían de su virtud y de su sabiduría, fueron a buscarlo en su soledad para aclamarlo obispo.

La gente le tomó mucho cariño y veneración. Lo confirman las muchas iglesias que levantaron en su honor y los datos fehacientes de los calendarios que tratan acerca de su vida y hechos.

Aunque él no quería aparentar nada y no dejaba tras de sí muchas informaciones, sin embargo, se encuentran en Nápoles.

Sus restos mortales, juntamente con los de otros santos, se encuentran en una urna en la catedral de Benevento. Por suerte, no los destruyó el bombardeo de la Segunda Guerra Mundial.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

"Las tres cosas más difíciles de este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo" (Franklin).