Santa María Reina, Agosto 22

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria; y “espejo” en  lengua hebrea.

Hay una preciosa oración que comienza así:<<Dios te salve, Reina y Madre de misericordia>> u otras invocaciones que dicen:<< Reina del cielo, alégrate, aleluya>>.

Son los creyentes los que han promovido con su devoción este título dedicado a la Virgen. En la Edad Media , mucha gente la invocaba como la mujer omnipotente.

Esta fiesta se celebra al octavo día de su Asunción a los cielos en cuerpo y alma. Es, como dice el Vaticano II, la mujer coronada de estrellas que brilla  ya como un signo de esperanza segura y de consuelo ante el pueblo de Dios que peregrina.

¿Es nueva esta doctrina?

No porque han sido muchos los santos y el Magisterio de la Iglesia los que han venido año tras año, siglo tras siglo, anunciando esta fiesta.

Basta echar una mirada a la historia. El Papa Sixto IV, el 28 de febrero de 1476, escribió la Constitución Apostólica <<Cum preexcelsa>, en la que decía:<< Al meditar y considerar las insignes excelencias de los méritos por los cuales la Reina de los cielos, Virgen madre, gloriosísima de Dios, encumbrada sobre los tronos celestiales, brilla entre los astros como estrella de la mañana>>...

Otro Papa, León XIII, en 1884, añadía:<< la Virgen está realzada con diadema de estrellas por su Hijo Dios, sentada ante él como Reina y Señora del Universo>>.

Todos los santos han hablado de ella. Baste citar a san Bernardo:<<Contemplad a la dulce Reina del cielo adornada con la diadema con la que la coronó su Hijo. En su cabeza, dice san Juan, tenía una corona de doce estrellas>>...

Pío XII, en el año 1954, a requerimiento del pueblo cristiano, instauró esta fiesta siguiendo la tradición. 

¡Felicidades a las Reginas! 

“Lo que no se da, se pierde” (Gilda Lorena Duarte)