Etimológicamente
significa “princesa de las aguas”, en lengua siria y “espejo,” en
lengua hebrea.
Cuando en el
corazón hay cimientos de educación humana y religiosa, resaltan los
valores al llegar las dificultades.
Marietta, como
le llamaban cariñosamente en casa y sus amigas, nació en Corinaldo en 1890
de padres emigrantes cristianos y con seis hijos. Por causas de encontrar
trabajo en otro lugar, dejaron a cargo de todos a la hija mayor y a María.
Ella se
encargaba de las labores de casa, cuidaba de sus hermanos y al señor Juan
Serenelli, y a su hijo de 20 años. De éste arrancarían los obstáculos
para la virgen Marietta. Tenía la edad de 12 años, y este joven la veía
ya con malos ojos.
La flor de esta
chica brillaba en todo su esplendor. Era atractiva
y de una valentía increíble. Por dos veces intentó convencerla
para que consintiera en sus perversos deseos.
Un día,
aprovechando el momento en que se había quedado sola trabajando en casa,
intentó por tercera vez violarla.
Ante este joven
pasional y desaprensivo, ella le dijo que prefería morir antes que pecar.
Lleno de rabia, le hizo 14 heridas en el vientre y en el pecho. Llevada al
hospital, sufrió una dura operación de la que no se recuperó.
Pidió que le
dieran la Comunión. Tenía en sus manos la medalla de la Virgen Milagrosa.
En un gesto que
la honra, perdonó al que intentaba violarla. Y con la palabra perdón en
sus labios, pasó a la eternidad el 6 de julio de 1902.
¿Qué le
ocurrió a Alejandro?
Lo condenaron a
30 años de prisión. En ella vio a María ofreciéndole un ramo de flores.
Era el signo del perdón. Debido a su buena conducta, le quedaron tan sólo
tres años de cárcel.
Los padres, en
lugar de buscar la venganza,
fueron con él a la Misa del Gallo. Se puso a trabajar como hortelano de los
Capuchinos.
El 24 de junio
de 1950, Pío XII ante más de medio
millón de personas, la declaró santa. Estuvo presente su asesino.
¡Felicidades a
quienes lleven este nombre!
“Sólo
con amor puedes atar a los seres humanos. Si no, te rechazarán” (Bosman).