Santa María Assunta, Abril 7

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “ princesa de las aguas”, en lengua siria; ”espejo”, en lengua hebrea.

Es bonito y estimulante encontrar modelos a los que imitar. Son los paradigmas que nos indican el camino recto para ser más humanos y para alcanzar la gloria de la santidad.

La joven María vio a distancia lo que podía hacerla feliz. Y se entregó al Señor por entero para irse, con el permiso de las Misioneras Franciscanas, a la China.

Nació en el año 1878. Su familia, muy pobre, no pudo darle los estudios que hacen falta, y tuvo que ponerse a trabajar para ayudar en casa.

Ella, en medio de su trabajo, pensaba que Dios la llamaba para otro distinto, para un trabajo misional entre gente que  conociera el don de Dios, reflejado en una joven de carácter dulce, amable, sacrificado y entregado al sólo bien de los demás.

La congregación de las Hermanas Franciscanas la acogió con sumo placer, porque veía en ella una verdadera vocación  para el objetivo que persigue esta familia religiosa.

En 1900, China daba golpes de  muerte a los cristianos que habitaban allá, y sobre todo, si eran extranjeros. De hecho, en ese año asesinaron a siete hermanas.

Fue entonces cuando María se reanimó para llevar a cabo lo que desde hacía tanto tiempo, soñaba en lo más íntimo de su alma.

Al año siguiente, sabiendo a lo que se exponía, partió para la inmensa nación oriental.

Una vez que llegó, año 1905, se declaró una epidemia horrible de tifus que afectó a mucha gente y también a María.

El 7 de abril murió, pero minutos antes de su fallecimiento, se difundió un misterioso perfume que duró tres días después de su muerte. China recuerda aún hoy este suceso singular. 

¡Felicidades a quien  lleve este nombre! 

“Dignidad sin mérito se hace acreedora a cumplidos sin estimación” (Chamfort).