Santa Francisca Javier Cabrini Febrero 20

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa” franca, valiente”. Viene de la lengua alemana.

Esta chica italiana vino al mundo en Pavía, Italia, en el año 1850 en el seno de una familia numerosa.

A veces, de las más extrañas circunstancias, Dios se vale para que una persona sienta un amor especial por las otras. En este caso, fue la lectura de la revista Misiones.

Desde entonces comenzó a soñar con ser misionera. Cuando cumplió los 18 años, le dieron el título de profesora. Pidió en varias comunidades religiosas que la dejaran entrar. Al darle el no como respuesta – pos su salud enfermiza – se fue de maestra de escuela a un pueblo.

El párroco se dio cuenta de que todos la querían por su dedicación y por sus buenas cualidades. Le encomendó que dirigiera una escuela de niños y niñas huérfanas.

Tan bien  lo hizo que el mismo obispo le aconsejó que fundara una comunidad de religiosas para hacer un fecundo apostolado.

Se le unieron siete amigas y con ellas fundó la  Comunidad de Misioneras del Sagrado Corazón.

Tras dos visitas a Roma, logró que le aprobaran las Reglas de su nueva obra.

Italia sufría el azote de la inmigración. Muchos, apenas juntaban lo necesario, emprendían el viaje a Norteamérica. Tal fue la afluencia italiana en Nueva York que el obispo le pidió que enviase misioneras para atenderles.

Esto sucedió en 1889. Lo pasaron mal al principio. No tenían nada de nada. Su obra comenzó a dar sus frutos en Italia y América porque aumentaba el número de religiosas dedicadas a los inmigrantes y marginados.

Estaba  al tanto de cuanto ocurría en el mundo. Estaba con Dios y con los tiempos. Fundó escuelas, hospitales, centros de acogida y todo aquello que fuera necesario para los pobres.

Cuando nadie lo esperaba, murió de repente en 1917 a los 67 años. Es patrona de los inmigrantes. 

¡Felicidades a quienes lleven este nombre! 

“La razón humana es una gota de luz en un lago de tinieblas” (Commerson).