Santa Clara de Asís, Agosto 11

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB    

                 

          Etimológicamente significa  “brillante”. Viene de la lengua latina.

          No se puede separar la historia de santa Clara de la de san Francisco de Asís.. Nació en Asís  en 1194. La diferencia de edad entre ambos es solamente de 12 años.

          Ella pertenecía a una familia noble y él a una de mercaderes. Ya decían de ella estas preciosas palabras: “Fue un raro cisne que cruzó el pantano sin enlodarse, una hoja de acero templado bajo el aspecto de una exquisita dulzura”.

          Su vida era como una rosa de perfume embriagador. Contagiaba con su alegría a todo el mundo. Nadie sospechaba que se hiciera monja. A los 18 años, se marchó de casa y en su huida le siguieron varias compañeras.

          Su encuentro con san Francisco fue algo fulminante. Le atrajo de tal manera su estilo de vida que no dudó un instante en seguir sus pasos hacia la santidad..

          Decía la gente:<< Clara fue una huella de la Madre de Dios. Cristo renovó en san Francisco su vida y su pasión. María renovó en Clara su humildad y pureza>>.

          En el convento de san Damián se juntó un grupo de chicas que sentían los  anhelos de la perfección. Esto dio lugar a la fundación de la “comunidad” de Asís hacia el año 1200, año en el que hay una revuelta contra el poder feudal, en el que tomó parte san Francisco de Asís y  los padres de santa Clara tuvieron que dejar la ciudad para irse a Perugia, la villa rival.

          Volvieron a Asís seis años más tarde. Clara comenzó a conocer a san Francisco en el 1210, cuando se había convertido a la vida del Evangelio y había comenzado a predicar en Asís.

          La vida de san Francisco le sedujo por su pobreza y su entrega absoluta a Cristo. Desde entonces intentó encontrarse con el santo mediante su sobrino Rufino, que formaba parte de los hermanos que seguían a Francisco. El Domingo de Ramos de 1212 dejó su casa y se unió con Francisco en  la Porciúncula. A los 18 años se consagró a Dios para siempre. Las “Pobres Damas” se expandieron pronto. El Papa Inocencio III le concedió el “privilegio de pobreza”, e Inocencio IV aprobó su Regla en agosto de 1253, año en que murió santamente.

          ¡Felicidades a las Claras y Clarisas!

“El que  hace burla y risa de otro, gana un gusto pequeño y un enemigo grande” (Quevedo).