San Pedro de Cordoba Junio 7

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

  

          Etimológicamente significa “roca”. Viene de la lengua hebrea.

          Después de haber sufrido el martirio uno de los cristianos más célebres del siglo IX en la ciudad de Córdoba, los seguidores de Jesús se armaron de valor. Salían a las calles y plazas anunciando que eran creyentes.

          No le tenían miedo a las autoridades. El propio san Eulogio quería aplacar los ímpetus fervientes de sus amigos porque sabía con certeza que el califa Abderramán II los enviaría de inmediato a la muerte.

          ¿Quién es Pedro?

          Era un sacerdote de Ecija. Su cultura abarcaba las Letras y sobre todo los estudios de la Biblia. Todo este caudal de cultura lo adquirió en uno de los muchos monasterios que abundaban en las cercanías de Córdoba, y concretamente, en el de Cuteclara.

          Juntamente con Pedro había otros muchos santos que lo fueron por sufrir el martirio a manos de los musulmanes. Los hay jóvenes y mayores.

          En el mismo día del 7 de junio fueron martirizados por amor a Dios san Wistremundo, de Ecija, y san Sabiniano, de Froviano. Ambos formaban parte del monasterio de san Zoilo de Armelata.

          Son dignos de tener en cuenta también  san Hebencio, de Córdoba, perteneciente a la abadía de san Cristóbal. Al lado del Guadalquivir. Otro fue san Jeremías. En aquellos difíciles tiempos tuvo la osadía de dejar todo su dinero para vivir la santidad en el monasterio Tabanense.

          Cabe enumerar entre ellos a Isaac, proveniente del cenobio de Tábanos. Fue un notario afamado y, cosa rara, sabía muy bien la lengua árabe. Otro fue el joven Sancho, que antes había sido prisionero, y había trabajado a las órdenes de los militares árabes y en el propio palacio califal.

          El estudioso san Eulogio recoge todos estos nombres, extraños para nuestros días, con el fin de que permanezcan en los anales de la vida de los cristianos que padecieron el martirio por amor a Dios  en el año 851.

          Realmente, cuando es el Señor quien infunde en el corazón de los hombres la semilla de su gracia y de su fe, no hay quien pueda contra los seguidores de Dios. Lo confirman cada día estas breves reseñas. 

          ¡Feliz día a quienes lleven este nombre! 

          “Debemos estar unidos, incluso en la esperanza” ( Elie Wisel).