San Paulino de Nola Junio 22

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

         

         Etimológicamente significa  “pequeño”. Viene de la lengua griega.

En la vida te habrás encontrado con personas que desean pasar desapercibidas. Les gusta trabajar en el silencio sin que nadie sepa lo que hacen ni por qué lo hacen.

Es el caso de Paulino. Si en su vida quiso pasar desapercibido, - cosa imposible por el bien que hacía a todo el mundo -, tras su muerte fue uno de los que más hablaron personas de la solvencia de san Jerónimo, san Félix , san Ambrosio, san Agustín y san Francisco de Sales,  estrellas en el firmamento de la Iglesia universal.

Su nacimiento tuvo lugar en Burdeos en el año 353. Apenas llegó a joven se distinguía entre los demás por sus buenas maneras, su cortesía,  su  facilidad en hablar y en escribir.

Se hizo cristiano cuando entabló amistad con el obispo de esta ciudad francesa. Igualmente sucedería años después en Milán con san Ambrosio y san Agustín.

En uno de sus viajes por España se enamoró de la joven Teresa, una creyente en la que brillaba una profunda piedad. Tuvieron un hijo que murió al poco tiempo.

Este acontecimiento cambió sus vidas.  Repartieron sus riquezas a los pobres. Tan bueno eran el uno y la otra que mucha gente fue al obispo de Barcelona a rogarle que ordenara de sacerdote a Paulino. Lo hizo porque marido y mujer vivían como dos hermanos.

Después de su continuo peregrinar de un sitio para otro, llegaron a Nola, Italia, en donde construyeron una casita para vivir como dos verdaderos monjes. El Papa no vio con buenos ojos su ordenación sacerdotal.

Cuando pasó a mejor vida el obispo, él ocupó su cargo y su carga. El poco tiempo que tenía libre lo dedicaba a escribir poemas y cartas a las más diversas personas. Vivía feliz en su apostolado, hasta que los vándalos llegaron a la ciudad. Paulino se ofreció como rehén en lugar del hijo de una viuda. Poco antes de morir exclamó:<< ¡Bendito sea Dios que nunca me falló en nada!>>. 

¡Felicidades a quienes lleven este  nombre! 

“Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos" ( Alfred  Adler).