San Paterno de Vannes, Abril 15

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “padre”. Viene de la lengua latina.

Nos encontramos hoy en pleno siglo V. Fue el tiempo en que vivió san Paterno.

También se le conoce con el sobrenombre del “Anciano”, para que no haya confusión con el de Coutances de  Normandía, Francia.

No se conocen muchas cosas de su vida. Pero en aquella época, los autores  imaginaban leyendas que se las fueron atribuyendo a los santos.

Hay una biografía que lleva el título de “Vida de Paterno,” que intenta suplir todas las lagunas existentes acerca de su existencia.

Se sabe muy bien que este bretón de Armorique emigró a la Bretaña insular (al País de Gales) por motivos de las revueltas entre los bretones en esos años.

Llevaba en su mente y  metido en el corazón la idea religiosa de fundar un monasterio, en la región de Cardigan. Y efectivamente, lo llevó a cabo. Le puso por nombre “Lhan-Paterne-Vaur”, que traducido del galés, significa  “iglesia del gran Paterno.

También se cuenta que, animado por el esplendor de este monasterio, fundó otros en el mismo País de Gales.

Llevado por su celo apostólico, cruzó el mar para llegar a las costas de Irlanda.. Aquí tuvo éxito en seguida su apostolado, ya que consiguió convertir a los reyes que gobernaban la encantadora isla.

Su mundo interior era inquieto. Por eso, como era costumbre, se marchó a Tierra Santa para expiar sus pecados y para toparse con los santos lugares en los que vivió el Señor.

Y cuál no fue su sorpresa que, al llegar a  Jerusalén, lo consagraron obispo.

Con su alma agradecida y henchida de fervor, volvió a Armorique. Fue entonces cuando el rey Caradoc le confió el obispado de Vannes.

Entabló una gran amistad con su vecino, san Sansón, obispo de Dol. Pero al final le aguardaba lo peor: sentirse vilependiado y despreciado por unos falsos hermanos.  Ante esta situación, se retiró a la soledad. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído” (Chamfort).