San Mayolo, Mayo 11

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB    

  

Este nombre no le sonará a mucha gente. Y, sin embargo, fue un abad muy célebre durante gran parte de su vida en el monasterio más importante de aquella época, Cluny. En esta abadía murió en el año 994. ¿Qué supuso Cluny?

En primer lugar, en ella tuvo lugar la reforma benedictina, y, en segundo lugar fue el foco más importante de la cultura cristiana. Eran momentos difíciles para Roma, ya que los Túsculos y los Crescencios se disputaban el poder la ciudad.

Su espíritu era de una valentía increíble. Lo demostró sobradamente cuando los sarracenos llegaron de España invadiendo y saqueando cuanto pasaba por sus manos.

Los pensamientos de estos bandidos cambiaron de pronto cuando lo vieron. Querían matarlo y colgarlo de un árbol. Y la razón no fue otra que la de considerarlo todo un profeta, y porque tratándolo bien podían lograr un buen tesoro de la abadía.

Los sarracenos o musulmanes le pidieron mil libras de plata. Como es natural, no las tenía a su disposición. Pero Máyolo se las ingenió para obtenerlas de amistades cercanas a la abadía.

Con ellas en sus manos, empezó a hacer el trato con los asaltantes. Estos desconocían su arte de persuasión. Dicen de él que desde joven <<era más blanco que la flor de lirio y más puro que la nieve. Sabía agradar a Cristo y destacaba entre los monjes por su dignidad>>.

Cuando se visita esta abadía cada año, destruida durante la Revolución Francesa, se cae en la cuenta de su magnitud y de su belleza en aquellos tiempos. De esta abadía salieron varios santos y Papas.

Era un gran místico. Tuvo la experiencia desde joven de leer poetas griegos y latinos. Ahora, ya de abad, recomendaba a sus hermanos religiosos que <<bastaban los poetas divinos: Isaías y David, Sedulio y Prudencio (español). No manchéis vuestro espíritu con la muelle elegancia de Virgilio>>.

Era un monje elegante, como atestiguan sus contemporáneos. Se le considera como uno de los hombres más eminentes del siglo X. Tuvo influencia en los gobiernos de Francia, Italia y Alemania, y amigo de Hugo Capeto, fundador de esta dinastía. Al morir, dijo:<< Valor, amigos, demos gracias al Señor. La muerte es motivo de alegría>>.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

"Nunca más es mucho tiempo" (Isabel Allende)