San Justo y San Viator Septiembre 2

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB        

 

Etimológicamente significan “ justo y caminante”. Vienen de la lengua latina.

Si en esta sociedad no estás informado de lo que ocurre, pierdes en seguida el  tren de la historia. Pero debes eliminar todo aquello que se negativo para tu crecimiento personal.

Estos dos jóvenes eran amantes de la soledad. Se pasaron su vida en el desierto de Egipto hasta su muerte allá por el año 390.

Justo era diácono  en la ciudad de Vienne hasta que los cristianos de Lyon lo eligieron para que fuera su obispo. En el concilio de Aquilea tomó parte activa para que depusieran  a dos obispos que se confesaban arrianos.

Encontró en san Ambrosio un buen amigo. Quedan dos cartas en las que le dice el sabio de Milán: <<Dedícate a la Biblia. Lo demás es perder el tiempo>>.

Un loco enfurecido rondaba por la ciudad matando a quien cogiera por delante. Se había refugiado en una iglesia. Cuando estaba a punto de que lo cogieran, san Justo impidió que lo mataran. Más tarde, volvieron sobre él y acabaron con su vida de mala manera.

El obispo estaba ya cansado de tanto trabajo y altercado. Soñaba con pasar los últimos años de su existencia alejado de todo ruido.

Se embarcó en Marsella con rumbo a Egipto. Uno de sus clérigos le siguió.

Una vez que llegaron a Egipto, se fueron derecho al lugar en donde había una vida ascética dura y exigente.

Querían vivir como desconocidos. Pero había allá un habitante de Lyon que le reconoció en seguida.

Al año siguiente recibió la grata visita del sacerdote Antíoco. Quería ver por última vez a su querido obispo.

Y tuvo suerte, porque Justo y Viator murieron poco tiempos después. Los cristianos de Lyon fueron a buscar sus restos mortales y los colocaron en la basílica de san Justo. 

¡Felicidades a quien lleve estos nombres! 

“Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” (Einstein).