San Juan Giovenale Ancina, Agosto 16

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

  

Etimológicamente significa “ Dios es misericordia”. Viene de la lengua hebrea. 

Dichoso el que  avanza no por lo que ve, sino por la confianza de la fe. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirán las promesas que fueron dichas de parte del Señor, dijo Isabel a María!. 

Juan, feliz porque avanzaba por los caminos que Dios le trazaba, llegó a ser obispo de en el siglo XVI.

Lo fue en Saluzzo. Se cuenta que apenas murió, todo el mundo comenzó a gritar que era un santo, y como tal lo trataron toda su vida por las obras que hacía en bien de todos los pobres.

Era tan bueno que levantó las iras de sus enemigos lo envidiosos.

Llegaron hasta tal extremo que lo envenenaron en 1604.

El era originario del Piamonte y, más concretamente, de un pueblo llamado Fossano en la provincia de Cuneo.

Había sido durante su juventud el gran amigo de san Francisco de Sales, el patrono de los periodistas.

Toda amista con un santo de esta categoría lleva al ser humano a imitarlo.

El había nacido en el seno de una familia muy profundamente creyente.

Al terminar sus estudios, se hizo médico y profesor de esta materia científica en  la universidad de Turín.

Pasó a Roma en donde se interrumpió su carrera bruscamente. Conoció a san Felipe Neri y su entrega a la juventud abandonada de Roma, y se unió a su Orden.

Era el año 1578. Era feliz. Por eso, al nombrarlo obispo de su pueblo, lo pensó durante cinco años antes de aceptar. En Saluzzo era amado por todos menos por un religioso rebelde a su disciplina. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“El valor perfecto consiste en hacer sin testigos lo que se sería capaz de hacer ante todo el mundo” (Rochefoucauld).