San José el Himnografo, Abril 3

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “ el que se crece”. Viene de la lengua hebrea.

Los cristianos del tiempo de las catacumbas sacaron su valor de lo más profundo del corazón de la fe. Sometidos a las más fuertes presiones, comprendieron que, para el Evangelio, el sentido de la existencia era el de “dar su vida”.

El Evangelio se sitúa ante una elección. O bien dar su vida – no algunos fragmentos – sino toda la existencia. O bien servirse a sí mismo y seguir su propia sombra, entre otras cosas, en la búsqueda del prestigio humano.

Era originario de Sicilia. Huyó con su familia a Grecia, al Peloponeso escapando de las invasiones árabes Tenía tan sólo 15 años.

De allí salió para Tesalónica y se convirtió en monje en el monasterio de Latomos.

En tiempos de la persecuciones iconoclastas, le enviaron a Roma al Papa Gregorio IV para que le informara de la situación y así obtener el apoyo de la Iglesia de Occidente.

Cuando iba de camino, lo capturaron unos piratas árabes y lo condenaron.

¿Qué hacía?

No paraba de cantar su fe. El Señor vino en  su ayuda. Una vez que fue liberado, volvió a Constantinopla.

Fue durante este período cuando compuso himnos. Uno de los más famosos fue el “Paráclito” con ocho tonos musicales para los días de la semana.

De esta forma, completó los himnos de san Juan Damasceno para la Resurrección.

Redactó igualmente cánones en honor de los santos para que sus ceremonias fueran dignas. Exiliado en Crimea por haber injuriado la unión escandalosa de un ministro imperial, continuó su obra. Murió en el año 886.

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“Vale más quintaesencias que fárragos” (B. Gracián).