San José Cafasso Junio 23

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

         

Etimológicamente significa “el que se crece”. Viene de la lengua hebrea.

Todo el que tenga contacto con la familia salesiana, conoce a este santo muy bien. Es uno de los hijos predilectos de la ciudad de Turín, en la que nació en el año 1811.

La Providencia quiso que en el 1827 se conocieran él y san Juan Bosco. Este dice de él:<< Yo era un niño de doce años y una víspera de grandes fiestas en mi pueblo, vi junto a la puerta del templo a un joven seminarista que por su amabilidad me pareció muy simpático. Me acerqué a él y le pregunté: Reverendo, ¿no quiere ir a gozar un poco de nuestras fiestas?. El santo le contestó con cariño:<<Mira, amiguito, para los que nos dedicamos al servicio de Dios, las mejores fiestas son las que se celebran en el templo>>.

Una vez que se ordenó de sacerdote, vio clara que su misión en la vida era formar a los futuros ministros de Dios y a dirigirlos espiritualmente.

Eran tiempos en los que la herejía del jansenismo estaba de moda. Esta herejía decía que para acercarse a la comunión había que ser muy santos. Pensaban en un Dios justiciero en lugar de un Dios de ternura y amor.

José, por el contrario, al igual que su amigo D. Bosco pensaban que la clave de Dios es su misericordia.

Su gran pasión fue el sacramento de la Reconciliación o la confesión en las iglesias, en las cárceles y en todo lugar en donde hubiera necesidad. Unida a esta pasión hay una segunda: la devoción profunda a la Virgen María.

Su amigo y alumno en el seminario seguiría su ejemplo expandiendo en todo el mundo la devoción a  María Auxiliadora de los cristianos

El día 23 de junio de 1860 murió a la edad de 49 años. Y su discípulo D. Bosco, novel sacerdote, le hizo la oración fúnebre.  

¡Felicidades a quienes lleven este nombre! 

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” (Ludwig Wittgenstein).