San Jorge, Abril 5

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “agricultor”. Viene de la lengua griega.

Cuando a tu alrededor, las fuertes sacudidas, los desánimos, las dudas parecen trastornar todo, ¿disciernes una luz interior?

En el desierto del corazón, cuando las salidas parecen del todo cerradas, llega el momento en que inexplicablemente eres reenviado hacia lo único esencial:  siguiendo a Jesús, tú estás ahí para dar tu vida, para servir, no para ser servido. Nadie puede encontrar sentido más fuerte a la existencia ni mayor amor.

Este Jorge de hoy no es el mismo del 23 de abril. Era originario del Asia Menor. Murió mártir en el año 1801.

La primera parte de su vida fue un desastre para él mismo y para su mujer e hijos. Se emborrachaba un día  y otro también. Era un  verdadero desastre de padre y de esposo.

Fue justamente por el efecto de una borrachera, por lo que renegó de Cristo y se hizo musulmán.

Las cosas empezaron a irle peor todavía. Las dudas interiores, la culpabilidad que sentía en su corazón no le dejaban vivir.

Entonces decidió volver de nuevo a Cristo. Para seguirlo  más de cerca, se fue a la isla de Samos.

Sin embargo, los musulmanes no le dejaron tranquilo. El, para indicarles que no estaba de acuerdo con que lo arrestaran, se echó de nuevo a la bebida e incluso se dejó circuncidar.

Los árabes lo pusieron como guardián de una mezquita. Aguantó solamente un año.

Atormentado de nuevo por lo que había hecho,  les dijo que él confesaba a Cristo.

Al ver que no estaba bebido ni loco, el juez mandó que le ataran los pies con estacas. Le pedían que renunciara de Cristo. El se negó en rotundo. Y por esta causa lo decapitaron. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“Bien poco enseñó la vida a aquellos a los que no enseñó  a soportar el dolor” (Graf).