San Gregorio V, Abril 10

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Etimológicamente significa “vigilante, atento”. Viene de la lengua griega.

Para buscar a Dios, vela y ora. Si piensas que no sabes rezar, ¿vas a renunciar por ello? Manténte ante El sin palabras. Y si puedes, habla a Cristo con toda simplicidad, con toda humildad. Una sola palabra basta, sobre todo si sube de tus profundidades 

Estamos hoy ante la figura del Patriarca de Constantinopla. Nacido en  el hogar de una familia pobre del Pelopeneso en Grecia, él se hizo monje y completó sus estudios teológicos en Patmos.

Debido a su preparación intelectual y a su santidad, fue obispo de Esmirna que por entonces era una de las metrópolis del helenismo en Asia Menor.

Tras estos años de experiencia pastoral como obispo, lo eligieron patriarca de Constantinopla.

Apenas tomó posición de su cargo, empezó a reconstruir la residencia patriarcal del Fanar.

Como hombre de cultura,  fundó una imprenta que editase libros en lengua vulgar con el fin de desertar la cultura y la vida espiritual del  pueblo griego.

Buscaba ante todo a Dios. Por eso, aún siendo consciente de que los musulmanes lo perseguían y que lo iban a llevar al destierro del monasterio de Atos, él no cesaba de echarle en cara la mala conducta de algunos.

En 1806 fue llamado para el patriarcado, y una vez más desconfió de que fuera verdad. Aceptó pero a los años se retiró a la Montaña Santa.

Cuando tuvo lugar la insurrección general de los griegos,1831, intentó evitar masacres. No pudo evitar, sin embargo, que muchos griegos ilustres  fueran ejecutados en Constantinopla. Murió ese mismo año.

 El mismo fue  arrestado y colgado en uno de los portales de entrada de  Constantinopla.

Así estuvo su cuerpo durante tres días. Unos judíos lo compraron y lo llevaron por las calles hasta arrojarlo al mar, en donde fue recogido por un navío griego con bandera rusa. Desde Odesa fue conducido a Atenas en 1871. Aquí se convirtió en objeto de peregrinación. 

¿Felicidades a quien lleve este nombre!

“No os fiéis del que nada se fía” (Graf).