San Gonzalo, Enero 10

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SD

 

Etimológicamente significa "dispuesto, guerrero". Viene de la lengua alemana.

En la vida no hay secretos para triunfar. Todas las teorías se vienen abajo cuando la vida entra de por medio.

El joven Gonzalo nació en Taglide, Portugal, de una familia de la alta aristocracia de entonces. Desde niño, los padres encomendaron su educación a un sacerdote amigo.

Debió inculcarle tan bien los conocimientos científicos y religiosos que, cuando llegó a la edad conveniente, optó por hacerse sacerdote.

En plena juventud, cuando la pasión sensual florece con fuerza, él prometió al Señor vivir en castidad. Todo el mundo, desde su familia a los amigos y amigas, lo consideraban como un chico virtuoso y muy atento en socorrer a los pobres.

Llevado por su amor a los Apóstoles, se fue en peregrinación a Roma para ver los cuerpos de san Pedro y san Pablo.

Tanto debieron conmoverle el corazón que volvió a tomar aliento y coraje para empezar otra más larga todavía. Nada menos que a Jerusalén para ver el Santo Sepulcro.

Antes de marcharse a estos lugares santos, él era el abad de un monasterio. Al volver, los monjes ya habían elegido a un sobrino suyo.

Para no molestar a los hermanos ni a su familiar, él hizo – por inspiración de la Virgen – una vida de ermitaño, al lado mismo del monasterio.

Junto a la ribera del río Tamaca edificó una pequeña ermita en la que vivía, hacía sus oraciones, practicaba la penitencia y trabajaba construyendo pequeños puentes para que la gente pudiera pasar.

Desde entonces – y ya son siglos – existe todavía una romería a cada año a este lugar, en el que vivió este confesor ermitaño hasta que murió en el año 1260.

¡Felicidades a quienes leven este nombre!

"Poseer a la vez la gloria y la juventud es demasiado para un mortal" (Arthur Schopenhauer).