San Fructuoso Abril 8

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa " que da frutos". Viene de la lengua latina.

Sitúate en el siglo VII. Te vas a encontrar con una de las figuras o lumbreras más sobresalientes de la Iglesia española y de todo el Occidente.

Recibió su educación en la escuela de los monjes, costumbre normal en aquellos tiempos. Era de un carácter vivo, alegre y emprendedor. Su familia estaba emparentada con los reyes visigodos. Su padre ostentaba un alto cargo militar.

Desde que era un niño, se sintió atraído por la vida de oración, silencio y soledad. Las cosas de Dios. Soñaba con entregarse a Dios enteramente. Para ello se desprendió de todo el dinero y posesiones que tenía.

Corría la voz por entonces de que el obispo de Palencia era un buen maestro, un buen obispo y un sabio. Fructuoso, joven inquieto, se fue hasta ese lugar en busca de Conancio, nombre del obispo.

Se encontró con muchos chicos de su edad. Esto le turbaba su amor a la soledad y su entrega a la oración. Su fama de joven recto se extendió muy pronto. Otros le seguían en las diversas fundaciones que implantaba en Portugal, Galicia y por León.

Todo el mundo gozaba con su presencia, su santidad y su inteligencia. Por eso no era de extrañar que los mismos reyes y jefes le tuvieran miedo, porque se llevaba a la juventud de calle.

Y no era nada facilón en el trato de quienes le seguían. Les hablaba tan claro como la luz de la aurora. Les decía que tenían que someterse a la Regla del monasterio. Quien no sea digno, que coja otro camino.

¿Qué decía la Regla?

Dos cosas fundamentales: la vida comunitaria es la base de una vida de monje y, en segundo lugar, la obediencia es clave para vivir en un monasterio.

Durante estos viajes y peregrinaciones hacía maravillas con la gente. Hablaba por los lugares por donde pasaba, y mucha gente se apartaba del mal camino para emprender el bueno. San Braulio, obispo de Zaragoza dijo de él estas palabras:<<Brillante faro de la espiritualidad española>>. Pasado el tiempo, se ordenó de sacerdote y llegó a ser obispo de Dumio y metropolitano de Braga. Aquí murió, pero su cuerpo se lo llevó a Compostela el obispo Gelmírez. Era el año 665.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

" Hay abismos buenos; son aquellos en los que el hombre sabe buzear"(Hugo)