San Eusquerio, Febrero 20

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa "de buena mano". Viene de la lengua alemana.

Este joven francés, nacido en Orléans en el año 695, sintió en su corazón la llamada de Dios para hacerse religioso.

Entró en la célebre abadía de Jumièges y se pasó en ella siete años con una felicidad que irradiaba todo su rostro.

Sin embargo, Carlos Martel- oyendo las peticiones de los ciudadanos -, lo sacó de allí para nombrarlo obispo. El no quería e hizo oídos sordos.

Entonces Carlos Martel le envió una carta, en la le decía que si no salía de buena voluntad, mandaría a sus soldados a que se lo llevasen.

Ante este mandato, no le cupo más salida que dejar la abadía con todo el dolor de su alma.

Todo le fue de maravilla hasta que, al día siguiente, se declaró la batalla de Poitiers (732).

Al darse cuenta de que tenía que salvar a los soldados de caer en las garras del Islám, el propio Carlos, enfado y de mal genio, robó todo lo que pudo en la abadía.

Todo el mundo obedecía ciegamente a Carlos. Tan sólo Eusquerio tuvo la fuerza y el valor de levantar una protesta formal contra lo que había ocurrido.

A renglón seguido lo expulsaron a Colonia y le destituyeron de obispo. Colonia, que sabía de sus méritos y valentía, lo acogió con los brazos abiertos.

Lo alojaron en el palacio y le pidieron que los domingos presidiera la función solemne en la bella catedral, junto al Rhin.

Carlos, enfurecido, acudió a quien tenía poder para lograr que volviera de nuevo. El duque Roberto le dijo que el obispo nunca más volvería a Orléans. Pasado el tiempo, volvió a la abadía de Jumièges, en donde murió el año 738 tal día como hoy.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

"Si Dios no existiera, sería necesario inventarlo" (Voltaire).