Santa Ester Julio 1

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB                  

 

Etimológicamente significa “estrella”. Viene de la lengua persa.

Es chica judía llegó a ser reina de Persia. Desde pequeña se quedó huérfana. Dada su inteligencia y las  buenas formas que apuntaba en todo su espectro humano, le dieron una educación exquisita en Susa, capital de Persia.

  Cuando quedó sin padres, fue su tutor su primo Mardoqueo. Los dos eran de la tribu de Benjamín. Ella supo que su primo estaba en el exilio y que había nacido en  el mismo. Su nombre, de hecho, deriva del dios Markuk.

Cuidó de Ester como si fuera la pupila de sus ojos. El rey Jerjes (o Asuero: 485-465) se divorció de u mujer Vasti, y eligió a Ester como a su mujer favorita.

Ester, muy inteligente, mantuvo en secreto que era judía. El ministro Amán, el principal en el reino, tuvo un plan maquiavélico. Consistía en acabar con todos los judíos, destrucción que venía determinada, no porque fueran malos, sino por el odio y antipatía que sentía hacia Mardoqueo.

Este le dijo a Ester que intercediera ante el rey para que la matanza no se llevara a cabo.

Ella era consciente de que no se podía ir a ver al rey sin antes haber sido convocada por el  monarca. Estaba prohibido bajo pena de muerte.

No obstante se presentó ante él – después de haber orado a Dios – y lo invitó a la comida.

Jerjes aceptó gustoso la invitación y escuchó la petición que le hacía.

Enterado el primer ministro del asunto, se lo comunicó al rey. Pero no pudo hacer nada ante los ruegos de Ester. El pueblo judío se salvó.

Mardoqueo instituyó para esta ocasión la fiesta de Purim que tenía lugar en los días 14 y 15 del mes de adhar. Los antiguos martirologios latinos celebraban esta fiesta de Ester el primero de julio, fiesta del origen de Ester. Canisio añade estas palabras:<<Bella y fiel Ester, la que salvó a su pueblo del peligro>>. Los Coptos llaman a la fiesta de esta reina “Reina de los Persas”. Y los griegos la llaman “Conmemoración de la justa o santa”. 

¡Felicidades  a quien lleve este nombre! 

“Vamos hacia Dios, no caminando, sino amando” (San Agustín).