San Edigio, Abril 23

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “protector”. Viene de la lengua griega.

Nuestra sociedad está necesitada de más líderes cristianos. Todo líder arrastra consigo a mucha gente, siempre y cuando sea coherente con lo que predica o dice.

Fue el caso de san Francisco de Asís en su tiempo. Egidio o Gil fue uno de los jóvenes que, al escuchar al buen comunicador de Asís, dejó cuanto tenía para seguirle.

Nació en Asís en 1190 y murió en Monteripido, Italia, el 23 de abril de 1262.

No tuvo reparos en dejar sus yuntas de bueyes en el campo para seguir las huelas que le marcaba el Pobre de Asís. Tenía 21 años. De esta forma se convirtió, según decía, en el mejor caballero de la Tabla Redonda.

Al principio viajó por todos sitios, e incluso por los países del Norte de Africa. Desde aquí los moros lo devolvieron a Italia. Sintió pena porque deseaba haber sufrido el martirio en nombre de  Cristo.

Después se dedicó a hacer innumerables peregrinaciones, incluida Tierra Santa. Pero lo curioso es que, en lugar de pedir limosna, iba trabajando como jornalero transeúnte por donde pasaba.

La edad no perdona  a nadie. Tuvo que dejar tanta aventura y recluirse en una ermita franciscana.

El Papa Gregorio IX y los cardenales se apresuraban por ir a verlo. Aunque era muy inteligente, rechazó la instrucción. Se centró y le bastó el Evangelio.

Decía que las elucubraciones de los teólogos y sus disertaciones eran secreciones cerebrales sin importancia.

<<Este iletrado, escribe san Buenaventura, practicó la virtud en un grado sublime y mereció llegar a las cumbres de la contemplación. Le escribía con frecuencia y en sus respuestas se podía ver que sus éxtasis eran tan frecuentes que más que un hombre parecía un ángel>>.

“Las Florecillas” de san Francisco recogieron un  centenar de sus “Propósitos”, llenos de originalidad y de humor.

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más” (Chaplin).