San Calínico, Abril 11

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa “el que alcanza una bella victoria. En la mitología, sobrenombre de Heracles. Viene de la lengua griega. 

Rezando, te sorprenderás a veces al decir:” Mi pensamiento se pierde, mi corazón se dispersa”. El Evangelio te responde: “Dios es más grande que tu corazón”. En todo momento, abandónate de cuerpo y de espíritu. Confíale todo lo que te pesa. Atrévete a decirle:” Concédeme el darme”. Con otros, cántale hasta descubrir el deseo de Dios.

Murió en 1868. Este santo, de nombre raro, fue un gran confesor.

Después de hacer sus estudios en una escuela greco-rumana de Bucarest, se pensó muy en serio en dónde estaría el futuro de su vida.

Y, tras muchas horas de reflexión, oración y contemplación, se decidió por entrar en el monasterio de Tchernica.

Pronto, llevado por sus ideales de vocación, se distinguió por su celo ascético.

Cuando vieron sus buenas disposiciones, lo ordenaron de sacerdote. A partir de este instante, se dedicó al ministerio de la confesión con toda su alma.

Confesaba a laicos y sacerdotes de todos los alrededores. Después de llevar a cabo una peregrinación al Monte Atos, tuvo que soportar muchas dificultades debidas, en gran parte, a la insurrección de 1821.

Muchos habitantes de Bucarest, temiendo la represión de los Turcos, se refugiaron en su monasterio.

Hizo todo lo posible para darles alimento. Sabía que Dios es más grande que él.

Con el tiempo, el monasterio tuvo en su interior hasta 30 monjes. A ruegos del príncipe Barbu Stibei, aceptó ser obispo de Rimmi-Vilcea, en donde restauró iglesias y dio el claro un dinamismo clave en sus asuntos pastorales, animándolos a llevar una vida espiritual inspirada en el ideal monástico. 

¡Felicidades  a quien lleve este nombre! 

“Para hacer cosas dignas de alabanza una de las condiciones más necesarias es no temer la censura” (Graf).