San Bonifacio Junio 5

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

                        Etimológicamente significa “bienhechor”. Viene de  la lengua latina. 

          Cuando se es joven, no se piensa muchas veces en lo que la vida le puede deparar a uno. Bonifacio, hijo de una familia rica,          se lo montó muy bien hasta que una enfermedad le postró en cama.

          Desde el lecho del dolor se contemplan las cosas, las personas y los mismos bienes bajo otro punto de vista distinto al normal. Fue entonces cuando tuvo la idea de hacerse sacerdote para ayudar mejor a los demás.

          El padre, que soñaba  que su hijo contrajera matrimonio con una joven de alta alcurnia, tuvo que desistir al ver la decisión  inquebrantable de su hijo.

          Cuando el obispo le ordenó de sacerdote, se entregó por entero a evangelizar Alemania. Por esa razón se le conoce en todo el mundo como el apóstol de esta nación.

          Todo este ingente trabajo lo hace por mandato expreso del Papa Gregorio II. Le llamó a Roma, le entregó unas cuantas reliquias y una carta autorizándole la predicación a los gentiles o personas sin fe.

          Tenía una buena preparación intelectual. Al terminar sus estudios, le dieron el título de Maestro en Teología.

          Como había nacido en Inglaterra, en el pueblo de Wessex en el año 680, le vino la idea de escribir una gramática latina para llevar allá la cultura de otros pueblos.

          Vista la labor que hacía por todos sitios, el mismo Papa lo consagró obispo. Cuando ya se vio cansado de tanto viaje apostólico, se retiró al monasterio de Maguncia.

          Fundó muchos monasterios, entre los que cabe destacar, sin duda alguna, el de Fulda que tiene una gran fama en la Iglesia alemana actual.

          Desde aquí mismo animaba a los franceses a que recuperaran su prístino fervor cristiano, tan azotado durante el tiempo de Carlos Martel.

          Cuando contaba muchos años, se fue a Frisia, pero sus deseos se vieron truncados cuando en Dokkum (Holanda) le asesinaron en defensa de su fe. Sus restos se veneran en Fulda.

          ¡Felicidades a quienes lleven este nombre! 

“Lo que no proviene de un corazón no llegará a otro corazón” (Phil Bosmans)