San Arsenio Julio 19

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB   

              

Etimológicamente significa “viril”. Viene de la lengua griega.

Rezar es el privilegio de los hijos que se debe actuar en cualquier momento. La oración exige constancia, lucha y perseverancia.

Quienes han comprendido esto han sido los santos.  Arsenio nació en Roma y murió en Menfis (Egipto) en el año 412.

Este anacoreta  vivía tan concentrado en su mundo de oración y de trabajo en el huerto que solía pensar y escribir de forma proverbial.

A él se le atribuyen muchas máximas o refranes. <<A menudo me he arrepentido de haber hablado, raramente de haberme callado>>.

No está muy claro que fuese diácono en Roma y más tarde el preceptor del hijo del emperador Teodosio I de Constantinopla, antes de que se retirase al desierto.

Se pasó muchos años  viviendo en el desierto. Todo le iba de maravilla hasta que llegaron los Vándalos.

Estos le obligaron a que se fuera a Canope y después a Troë. El santo de hoy tenía una gran experiencia de todo lo referente al alma humana y a la persona globalmente considerada.

Creía en el  pecado original, en el demonio y en el peligro que representan a veces las mujeres para los servidores de Dios.

Una mujer romana hizo un largo viaje para verle y descubrirlo mediante las influencias de Teófilo, el patriarca de Antioquía.

Al verla, le dijo:<<Vuelva  y déjeme tranquilo>>, le gritó desde el fondo de su cueva. Acuérdese al menos de  rezar a Dios por mí. Le prometo olvidarla cuanto antes.

La mujer salió desconsolada y desesperada hasta que Teófilo le explico que se trataba de su cuerpo y de su cara, no de su alma, a la que Arsenio jamás olvidaría.

Como no era ni muy guapa ni muy joven, las palabras del ermitaño fueron para ella un piropo. Le dejó una limosna al patriarca Era Arsenio un hombre sensible y justo. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“Hacemos nuestra fortuna y le llamamos destino” (Disraeli).