San Andrés y compañeros mártires Septiembre 23

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB       

 

Etimológicamente significa “fuerte, viril”. Vienen de la lengua hebrea.

Cuando uno contempla al Papa Juan Pablo II, anciano y con mala salud, dirigiéndose a los jóvenes, se siente el placer de que sabe comunicarles aquello que la sociedad de consumo no les comunica. Esta comunicación se centra en la alegría de su destino en Cristo.

Si nos vamos al siglo IX, podemos ver a Andrés y a sus compañeros mártires. Juan, Pedro y Antonio juntamente con san Andrés habían nacido en Siracusa.

Cuando menos podían sospechar, lo Arabes – en una rápida incursión – los cogieron y se los llevaron prisioneros.

Pedro y Antonio eran todavía muy jóvenes. Estando en todos sus cabales, hicieron algo interesante: fingir que se sometían a las costumbres musulmanas.

Pero este fingimiento no les duró mucho tiempo. Los Abrachin, que eran los más malos, los cogieron in fraganti.

Les dieron una fuerte paliza, los ataron a un burro, los dejaron desnudos. Y de esta forma, los pasearon por toda la ciudad para la diversión de la gente que los miraba.

Volvieron meterlos en la cárcel. Y los guardias, en sus respectivos turnos, les interrogaban y las torturaban.

El cruel y tirano jefe, les arrancó sus genitales y se los metió en la boca.

Juan y Antonio no pudieron aguantar el dolor y murieron. Andrés duró más tiempo en la cárcel consumiéndose sin agua y sin comida.

Abrachin se subió en su caballo y se arrojó contra él y lo atravesó de parte a parte con su espada.

Fueron jóvenes que dieron el sí por Cristo de modo definitivo. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“El pensamiento es la semilla de la acción” (Emerson).