San Aldo, Enero 10

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa " anciano". Viene del longobardo.

El creyente espera a Cristo incluso en la aridez de esta tierra sedienta que su cuerpo y su espíritu. Esperar también, con muchos otros, un acontecimiento en el hoy de la humanidad. El fruto de la espera se inscribe en el surco de un milagro de Dios.

No se sabe exactamente cuándo nació ni cuándo murió. Se dice que fue en el siglo VIII.

Es la edad oscura que precedió a la época carolingia. El Islám amenazaba a los reinos cristianos. Un dato que se admite con toda seguridad es que se encuentra enterrado en la ciudad de Pavía, primeramente en la capilla de san Columbano y después en la basílica de san Miguel.

La tradición lo presenta como un ermitaño. Los benedictinos lo tienen en su martirologio. Esto hace suponer que estuvo de monje en el monasterio de Bobbio, fundado por san Columbano en el año 614.

Era un lugar de confluencias entre ermitaños orientales y occidentales.

Se sabe que los monjes irlandeses de san Columbano no llevaban una vida religiosa en sentido estricto. Vivían muy separados unos de otros en sus respectivas ermitas.

Sin embargo, la vida de comunidad – clave para el crecimiento espiritual – no se vivía a fondo.

Aldo, según algunos provenía de los ermitaños irlandeses; la isla que pasó de bárbara a ser la isla de los santos.

Había sido san Columbano el que llevó allí la primavera de cristianismo. Los ermitaños se unieron en grupos para predicar con su ejemplo la Palabra de Dios. Era ya tiempo de que salieran de su soledad para convertir a otros a Cristo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

"Si quieres ser amado, ama y sé amable" (Franklin).