San Acacio, Abril 9

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Etimológicamente significa “sin malicia, bueno”. Viene de  la lengua griega.

Renuncia a mirar hacia atrás. Vive el instante. Sí, que hoy te baste; entonces se realiza dentro de ti un desarrollo que no terminará jamás, hasta la eternidad.

 El santo de hoy pertenece al siglo V. Fue obispo y confesor de Amida Irak.

No le quedó más remedio que vivir el instante. No pensaba en el pasado nunca.

En el año 419, el emperador Teodosio II le envió como embajador al rey de los Persas. Misión nada fácil. El asunto era el siguiente: ver  la manera de convocar un  concilio de las iglesia persas. Lo promovía  un nestoriano.

 A los dos años estalló una guerra entre los dos imperios. Los Bizantinos hicieron 7000 prisioneros.

Tan malos eran que querían dejarlos morir en las cárceles de hambre porque – según comentaban los altos jefes – eran muchos para darles cada día de comer.

Ante esta realidad concreta, el obispo Acacio  actuó al instante. Vendió los vasos sagrados de su iglesia para pagar sus rescate y liberarlos.

Muchos, en agradecimiento al obispo, se hicieron cristianos.

Al enterarse el rey Persa Bahram V de lo que había hecho Acacio, dejó de perseguir a los cristianos nestorianos de su imperio.

Le dieron una nueva  misión diplomática para que negociase la paz en el año 422. 

¡Felicidades a quien lleve este nombre! 

“Nada más fácil que hacerse aplaudir por un canalla o la chusma” (Graf).