Saludo matinal

No quieras vivir en una habitación roseado de espejos, decía Fosdick

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

¡Hola! Buenos días

Hay una etapa de la vida llamada narcisista en que, en diversos grados, a todo el mundo le ha gustado o le agrada mirarse al espejo. Es la edad en la que hay una gran preocupación por la apariencia física. Con esto, no intento criticar el sano sentido estético de la persona ni tampoco la coquetería normal del sexo femenino.
Cuando te hablo hoy del mundo del espejo y de todo cuanto a él se refiere, lo estoy haciendo desde un punto de vista psicológico.
Observa a tu derredor. Puede que encuentres a alguien que se mueve y habla como mirándose y hablándose a sí misma. Son personas cuyo centro de mirada es simplemente su “yo”.
Estas personas no solamente quieren ser sus propios espejos, sino- y eso es lo peor-, también quieren que los demás les sirvan también de espejos.
¿No habéis estado en una reunión y al acabar el que ha llevado la voz cantante os ha preguntado:¿qué impresión os he causado? ¿Qué tal sus palabras, sus canciones, sus cualidades, su simpatía?...Son gente que vive pagada de sí misma.

¿Qué hacer entonces?
Si por casualidad tú conocieras a gente así, le podrías hacer un inmenso favor: despojarlo de su mundo de espejos y apariencias y hacerle volver a la realidad. Su mundo es una especie de prisión, de cárcel rara.
A lo mejor se te echa a llorar porque ve derrumbarse su mundo. Pero ten seguro que te lo agradecerá. Tú, amigo, vive siempre rodeado del espejo de la vida auténtica de los valores y nunca de las apariencias.


¡Animo! Vive alegre