Saludo matinal

La vida de los que en ti creemos no se destruye con laa muerte, sino que se transforma, dice el prefacio de la misa de Difuntos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

¡Hola! Buenos días


Generalmente hoy, va mucha gente al cementerio para rezar por los seres queridos que ya han partido a la vida definitiva y para llevar a sus tumbas ramos de flores.
Si ayer era un día de gozo porque se festejaba la santidad de los santos, hoy por el contrario, es un día de tristeza porque se recuerda la muerte de los seres queridos.
Pero, amigo, la idea centrar que campea en la liturgia de este día no es precisamente de tristeza.
Eso es lo propio, como dice san Pablo, de la gente que no tiene esperanza. El tema que predomina en todas las misas de este día es el tema de la resurrección. Esta idea debe esponjarnos el corazón. Nuestros difuntos viven otra vida distinta, pero viven.
Nuestras oraciones sirven tanto para ellos como para nosotros. Para ellos, porque pueden ayudarles a purificarse y a nosotros, igual.
Pero todos sabemos que el día final del mundo, los amigos de Jesús, es decir, todos aquellos de cualquier país que han vivido con el ansia de la trascendencia honradamente en su respectiva religión-vida, llegarán purificados de sus faltas, a gozar de la luz divina por siempre jamás.

Ellos, gracias la intercomunicación de bienes espirituales, pueden aprovechar nuestras oraciones. De aquí que hoy sea un día dedicado a la oración caritativa por los difuntos; es el día de unirnos a las misas en las iglesias, y las que se dicen en los cementerios.
También es hoy un día de esperanza en que la misericordia de Dios se apiadará de ellos para tenerlos en su gloria.
Porque la vida de nuestros seres queridos no muere ni queda reducida al nicho o cremación, sino que se transforma de forma distinta en otro modo diverso de vivir.


¡Animo! Vive alegre