Saludo matinal

El mundo se convierte en sueño y el sueño en mindo, decía Novalis

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

¡Hola! Buenos días

Una de las casi constantes de la persona ayer, hoy y mañana es la de vivir dos mundos: el real y el ideal.
Como quiera que el mundo real es duro, difícil y complicado, la persona se refugia en el mundo de la ilusión. En este segundo mundo es donde solemos buscar nuestra felicidad. ¿Y a qué viene esto? Pues esto viene para ayudarte a que reflexiones acerca de estos mundos que, si no los afrontas de cara y con decisión, pueden crearte hondos problemas si no llegas a unificarlos completamente.


La única forma de unir estos dos mundos sin que sufras mucho y te hagan daño, sabes, amigo, que es el espíritu. Este puede vivir en los dos mundos sublimando la realidad y realizando el ideal. Ahora bien, para esto hace falta que te entregues al espíritu que se encuentra en Dios, puro espíritu.

El espíritu nos eleva de lo sensible a lo insensible, de lo palpable a lo impalpable, de lo visible a lo invisible. El espíritu es la luz que nos equilibra en todas nuestras ambiciones terrenas y nos hace trabajar con visión de eternidad.


El espíritu, amigo- y esto es muy importante-, nos aparta de la masa amorfa e insulsa, y nos hace valorar todo cuanto nos acontece con la luz proveniente del espíritu: luz de riqueza, de finura y de hondura en todo tu ser.
Solamente el espíritu es capaz de convertir nuestros sueños en realidades y nuestros ideales de felicidad en realidad.


¿Dónde buscas tú, amigo, el equilibrio de tus dos mundos? Sólo en el mundo del espíritu se alcanza la realización de tu ideal.

¡Animo! Vive alegre