Saludo matinal

No se puede jugar al escondite con Dios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

¡Hola! Buenos días


Una de las cosas más bonitas de los niños es su capacidad para jugar. A veces los habréis visto en las playas jugar con niños y niñas de otros países con toda naturalidad. No saben el idioma, pero saben jugar muy bien. No tienen prejuicios.


A los adultos les place jugar también a un juego que desde siempre ha sido tradicional en nuestro país y en todo el mundo. Este juego se llama AL Escondite.


Este juego les divierte como a los peques. Pero, amigo/a, lo que no se debe hacer nunca es jugar al escondite con Dios.


Jugar al escondite con Dios es creer que podemos ocultarnos a su mirada y engañarle. Y como tú bien sabes, nadie puede huir ni esconderse de la mirada de Dios, ni puede engañarle.


Decía Pablo el apóstol que en Dios estamos, en Dios nos movemos y en Dios existimos.


Pienso que sería infantil la actitud de quererse ocultar a los ojos mismos de Dios. Dios es tu Padre y tu amigo y, amablemente, te sigue a cada instante de tu vida.


Quien pretende esconderse de Dios, vive engañándose si cree que podrá conseguirlo. CON DIOS NADIE PUEDE JUGAR AL ESCONDITE.


Pero un cristiano joven o adulto como tú que me lees, hace de esta presencia amorosa de Dios un signo un signo radiante para hacer todas las cosas con honor, con fe y con hidalguía. No estamos sirviendo a un Dios de esclavos, sino a un Dios de amigos.

Y ante la presencia de un buen amigo hay siempre una relación de cordialidad, de apertura y nunca de falsedad ni de escondite. La presencia de Dios en tu vida joven, niño o adulto te puede ayudar mucho a madurar como persona y a apetecer los juegos que te distraigan y descarguen tu fuerza física y psíquica. Pero, por favor, nunca jueguen al escondite con Dios.
¡Animo! Vive alegre