Saludo matinal

“El ateo no quiere o no sabe amar bien”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

¡Hola!, Buenos días

“El ateo no quiere o no sabe amar bien”.

Con sentimiento de gratitud por la confianza que me demostró un amigo mío, recuerdo esta mañana una 
conversación que mantuve con él acerca de su ateísmo. Por supuesto, que lo respeto en todo y con 
amabilidad, y sin excitarnos en nada, hablamos largo y tendido sobre su falta de fe.

Me hablaba de su mujer, de sus hijos, de su trabajo profesional. Tenía grandes problemas en el trato 
con sus familiares. Se encerraba mucho en sí mismo. Quería ser el eje sobre el cual se edificase la 
familia, y quería con sus criterios, imponer su autoridad a toda costa.

En el transcurso de nuestra conversación, le dije: Amigo, ¿cómo andas de amor?
Se quedó un tanto pensativo ante mi pregunta. No sabía, de pronto, qué contestarme. Seguimos nuestra 
conversación. Y de nuevo le increpé con otra pregunta: ¿Eres egoísta o desinteresado?


Mirándome a los ojos y tomando un trago de café, me dijo: Soy bastante egoísta.


Puede suceder que el problema del ateo no esté en amar o en creer en Dios. El problema del ateo está 
en que no ama a los demás tal y como debiera ser. Por eso, el corazón del ateo es el corazón del 
perfecto egoísta. No de todos, claro está.


El problema del ateo- de algunos por lo menos- no hay que generalizar, se basa en que se han quedado 
en un estadio de vida pueril. Si no saben entregarse a los demás, tampoco saben entregarse, 
religiosamente, a Dios. El día en que el ateo empiece a amar con desinterés, ese día su problema 
psicológico habrá terminado. Y también, a lo mejor, su problema religioso.


¡Animo! Vive alegre