San Juan Crisóstomo Septiembre 13

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB      

       

          Etimológicamente significa: Juan = “Dios es misericordia” Crisóstomo = “palabra de oro”. Vienen de la lengua hebrea y griega.

          Nació en Antioquía, Egipto. Quedó huérfano de padre a los dos años. La madre tuvo que preocuparse de todo lo que es alimentación y educación.          Una  vez que hubo hecho sus estudios secundarios, estudió filosofía con el sofista Libanios.    

          A los 18 años, con plena conciencia de lo que hacía, se bautizó. Poco después comenzó los estudios de Teología en la escuela de los grandes exegetas de Antioquía.

          Los profesores le auguraban un brillante porvenir. Y ante la gloria que podía darle la ciudad y su trabajo, él prefirió largarse con los monjes del desierto cercano. Pasó varios años hasta que volvió de nuevo a la ciudad.

          Sentía en su alma la salvación de sus hermanos. Por eso pidió que le ordenasen de sacerdote. Estuvo en este ministerio sacerdotal unos cuarenta años, dedicado casi enteramente a la predicación de la Palabra de Dios.

          Tan bien lo hacía que la gente se arremolinaba para escucharle. De aquí le vino el sobrenombre de “boca de oro”.

          Era un verdadero comunicador. Hablaba de tal forma que todo el mundo comprendía su mensaje. Su estilo era directo, claro y vibrante, familiar y lírico. Tocaba la fibra de los corazones.

          De vez en cuando se paraba para que le hicieran preguntas sus oyentes.

          Una de las ideas claves de su predicación era siempre que sus fieles mantuviesen la unión con Cristo.

          En el año 398, siete años antes de morir, lo eligieron obispo de Constantinopla. Emprendió el mismo trabajo que en Antioquía. Acogía a los monjes acusados de seguir los errores de Orígenes; reformó al clero y se dio por entero a los  pobres. La emperatriz Eudoxia no podía verlo porque la trató de injusta. Desde este instante estuvo de destierro en destierro hasta que murió, el patrono de los oradores, en las faldas del Cáucaso en el que hay un sarcófago que recuerda sus penas. 

          ¡ Felicidades a quienes lleven este nombre! 

“Es locura poner el corazón en las criaturas que a la mañana brillan y a la tarde mueren” (Anónimo).