Momentos de Paz

Quien escucha... 

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB



“Quien escucha, tanto de día como en las vigilias de la noche, y acoge los dones del Espíritu Santo, descubrirá que, con casi nada, lo tiene todo” (H. Roger de Taizé, Carta de Comienzo en comienzo, 1994).


“Con un corazón sencillo, casi con el alma de niño, feliz quien dice a Cristo: tú el Resucitado, ves quién soy.

Necesito no ocultarte nada de mi corazón. Tú también has sido hombre y me acoges tal y como soy. Mi corazón sediento te pide: Cristo Jesús, une mi deseo y mi sed.

En la oración, incluso si nuestros labios permanecen cerrados, nuestra alma puede abrirse a Dios.

Comprendemos su voz, voz interior, casi silencio. Y para orar, una sola palabra puede ser suficiente. La confianza de la fe no nos hace irresponsable. Al contrario: una comunión con Cristo abre a la audacia de las responsabilidades.

Ya ves que este hermano, cuyo rostro es brillante y transparente como la suave luz del amanecer, te sitúa en tu interior para que, desde él, salga lo mejor que llevas dentro de ti.

Muchas veces te atormentas en la oración. Repites oraciones como un loro. Y no. Basta decir una palabra que te haya gustado muchas veces hasta que te quedes feliz, contento y relajado.

Una oración bien hecha te lleva a tomar decisiones y responsabilidades.

No es la oración un refugio para beatos o beatas.

No, la oración compromete tu vida entera en las cosas que te engrandecen a ti y a los otros.

¡Vive hoy feliz!