Momentos de paz

¡Qué hermosa tú libre y en piel!

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 



“¡Qué hermosa tú libre y en piel!/ Si tú me das la libertad me das tus años/ blancos, limpios y agudos como dientes,/ me das el tiempo en que tú la gozabas./ Quiero sentirla como siente el agua/ del puerto, pensativa,/ en las quillas inmóviles/ el alta mar, la turbulencia sacra” (Pedro Salinas).


No sé qué pensaste de él o él de ti. No sé qué esperabas a su puerta o a tu puerta.

Te esperaba hermosa y libre como gacela que corre saltarina por los montes y los frondosos bosques.

Te esperaba para que le dieras la libertad y no la posesión. ¡Maldita palabra en el universo del amor!

Cuando algo se posee sin amor, pronto se desprecia, pronto se aja y se envía fuera de sí como algo inútil.

Tú, amigo/a, da lo mejor de ti mismo; la limpieza de tus años – no importa cuántos -, la dulzura de tu educación, el regalo de de tus detalles, que, como blancos ramos de flores, alegran la vida, la embellecen.

Mi matrimonio ha fracasado, decía una pareja, porque ambos buscábamos poseernos cuanto antes y sólo nos centrábamos en la simple posesión.

Al cabo de un tiempo, todo se ha venido abajo. No hemos madurado en nada, Estamos mucho peor que el primer día. Era todo un infierno.

Te invito hoy a la reflexión. Es bello y hermoso la libertad al otro o viceversa. La libertad bien entendida es una pirámide por la que subís los dos a la cima de la perfección.

Sí, no es difícil. Basta que dejéis la monotonía y creéis en vuestro interior ilusiones nuevas.¡Animo! Eres una perla y diamante.

¡Vive hoy feliz!