Momentos de paz

Llanuras sin confín, lagos de plata...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 



“Llanuras sin confín, lagos de plata, / rizados por los vientos marineros;/ horizonte soldado con luceros/ a la bruma de ocasos escarlata”. ( Fernando Villalón).

Uno de los placeres que menos cultivas, posiblemente, sea contemplar las anchuras inmensas.

Anchuras como las olas del mar. No llegas a ver su límite. Se confunde al fondo con el cielo. Se dan en el horizonte perdido un abrazo de unidad.

Mira en este día algún lugar que sea grande. Estás habitado a callejear o a estar muchas horas encerrado entre cuatro paredes.

Esto va creando en ti el sentido de la pequeñez, de lo limitado, de la estrechez de espíritu.

Observa en pleno verano una gran planicie. Parece que reverbera con el sol que cae verticalmente sobre su tostada superficie. Parece un lago de plata.
Nota cómo el viento saluda su cara, airea su arena y te hace sentirte libre.

De vez en cuando lanza una mirada de cariño a los luceros que, en lo alto del cielo, esperan su hora nocturna para iluminar el universo entero.

Todo es gracia y armonía en el espacio y en el tiempo.

Tu persona, igualmente, tiene inmensidades de posibilidades y, sin embargo, no las desarrollas.

Llega un momento en el que se rebelan contra ti. No sabes a qué viene tu rareza. Puede que sea debido a que no has desarrollado todo lo que eres.
En este día de amplitud de miras, mírate a ti mismo, a ti misma. Y dile a Dios: Haz, Señor, que mis dones los explote hasta el máximo.

¡Vive hoy feliz!