Momentos de Paz

Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichosos quien se acoge a él.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 



“Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichosos quien se acoge a él” (Salmo 33).

Muchas veces intentas separar la presencia de Dios de tu vida. Te crees que Dios está solamente en el Templo. Lo vez y lo tratas de vez en cuando.

Hay quienes se acuerdan de él únicamente en los momentos fundamentos de la existencia: bautismo, primera comunión, boda y funeral.

Cuando llegues a gustar la bondad del Señor en cada momento de tu vida, te darás cuenta de que su presencia te envuelve como la sangre está en cada parte de tu cuerpo dando vida a cada miembro de tu ser.

Hay personas que viven esta experiencia de modo completo. Nunca he encontrado a nadie enteramente entregado a Dios que se sintiera infeliz.

Una monjita, joven y guapa, había dejado todo para vivir la vida contemplativa tras las rejas de un convento.

Toda la gente – de poca fe- le llamaba tonta. Mira, ¡ con lo guapa que eres! ¡Ay, Dios mío, qué carrera hubiera hecho en la vida siendo siendo tan joven!

Ella escuchaba estas expresiones con mucha calma.

Un día se dirigió a sus amigos y les dijo: la vida es un canto a nuestra propia felicidad. Lo importante en la vida es amar y sentirse amados. Pues bien, desde el monasterio, mi vida va a constituir un permanente canto de amor por toda la humanidad.

Cada día seré para ella un pararrayos que detenga la ira de Dios y una bendición para todos los hombres, pues juntamente con mi trabajo, haré mucha oración.
Mi vida es un sendero de paz.
¡ Vive hoy feliz!