Ante el Sagrario y la Palabra de Dios

En cambio, las almas...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB   

 

“En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios

y no les alcanzará tormento alguno.

A los ojos de los insensatos pareció que había muerto”  (Sabiduría 3.1-2).

 

 

Buenos días o buenas tardes, Señor.

 

La familia de mi  amigo está destrozada

porque ha sufrido la pérdida de su esposo y padre

cuando todavía  estaba en plenitud de vida.

 

No te entiendo, Señor.

¿Por qué permites que muera alguien

que tanta falta hace en la familia?

¿Por qué arrebatas de esos hijos

la presencia de su querido padre?

 

No te entiendo y hasta me rebelo contra ti.

 

Es normal que así lo hagas como Job

ya lo realizó hace muchos siglos.

Pero, ¿te olvidas de que soy el dueño de la vida?

La doy y la quito según mi voluntad y no la tuya.

 

Además, la vida sigue su curso.

¡Ay, cuánto habéis estropeado mi naturaleza!

Muchas enfermedades sobrevienen por contaminación,

por causas naturales,  por experimentos...

¿qué quieres?, ¿que siga haciendo a cada instante milagros?

 

Lo que te pido es que te fíes de mí.

Todo cuanto hago tiene su sentido

aunque no lo quieras entender.

No te pido que me entiendas,

sino que me ames.

 

La muerte, la verdadera muerte desapareció

con la muerte de mi Hijo Jesús.

Ahora, amigo/a, sólo existe una transformación,

una venida a mi Reino de pulcritud.

 

¿Por qué hacéis de la tierra un paraíso?

 

Es el celeste. Llorad la muerte del ser querido, sí,

pero tened fe en que está vivo ante mí.