Ante el Sagrario y la Palabra de Dios

Haz, hijo, tus obras con dulzura...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

“Haz, hijo, tus obras con dulzura,

así serás amado por Dios”(Eclesiástico 3.17). 

 

 

Señor,

me han dicho que la dulzura

es una virtud o cualidad sublime,

pues alegra al mundo entero

con una suavidad sin límites.

 

Alguna gente de nuestros días

-      para demostrar que son fuertes –

tratan a los demás  sin finura

y con una cara nada sonriente. 

 

Cuando un hijo trata bien a sus padres

todos se encuentran en casa, felices,

en una comunión de palabras e ideas

y con  fuego en sus corazones.

 

La delicadeza une siempre a las personas

como en torno a una guirnalda

de olorosas flores silvestres,

mientras que la acritud en el trato diario

resquebraja las buenas relaciones.

 

Dios está en el centro de la familia

cuando en ella hay oración y plegaria.

Pero cuando éstas en casa  faltan,

no hay unidad y se echa de menos la gracia.