Ante el Sagrario y la Palabra de Dios

Guárdame como la pupila de los ojos...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 


 

Guárdame como  la pupila de los  ojos,

escóndeme a la sombra de tus alas

de esos impíos que me acosan,

enemigos ensañados que me cercan” (Salmo 17.8-9).

 

 

 

Señor,

en mis momentos alegres

y en los instantes de aflicción

por los que pasa mi vida,

mantenme siempre a tu lado.

 

Ya sabes que hay enemigos

que atentan contra tus cristianos,

 y, aunque hagamos el bien,

por ellos somos denigrados y despreciados. 

 

Sé por la experiencia de cada día

que, ante mis peticiones y súplicas,

me respondes siempre.

Te doy las gracias cordial y sinceramente. 

 

En la sombra de tus alas, consérvame

al abrigo de mis enemigos

para que no se rían de mí,

y siga trabajando contigo

viviendo tu Evangelio divino.

 

Sí, Señor entrañable,

cuando me atacan fuertemente,

mis fuerzas flaquean

pero cuento a cada instante contigo,

y sé que me das entereza. 

 

Tus enemigos  me acosan con palabras y con hechos

hasta que me canse y me vean derrotado,

como un ser al que su Dios no ayuda

en los momentos de peligro.

 

Haz de mi persona, Señor,

de tu Evangelio un heraldo.