Ante el Sagrario y la Palabra de Dios

Acuérdate, Dios, de tu ternura...

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Acuérdate, Dios, de tu ternura,

y de tu amor, que son  de siempre.

De los pecados de mi juventud no te acuerdes,

pero según tu amor, acuérdate de mí” (Salmo 25.6-7). 

 

 

Señor,

¡qué bella fue mi juventud

con buena salud y de fiesta!

¡Qué bien me lo monté

con los amigos y amigas

en reuniones y en los estudios

con  el vigor de nuestra fuerza!

 

Ahora, llegado a mi madurez

o a la anhelada ancianidad,

te pido perdón por mis pecados

de entonces, Señor,

 cometidos sin mucha maldad. 

 

Sé que no te acuerdas, por amor,

de mis pecados y faltas anteriores,

porque gozas de mi arrepentimiento

como el padre del hijo pródigo,

consciente de sus errores.

 

Sé que lo que  en ti prevalece

es mi dolor y mi arrepentimiento,

una nueva vida encontrada en mi madurez,

alejada ya todo mal y peor consentimiento.

 

 

Pero no te olvides de tu amigo

que, ahora, ya consciente de su vida,

espera a ti entregarla con amor puro

y con libre y total entrega vivida.