San Juan de la Cruz Diciembre 14

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Etimológicamente significa "Dios es misericordia". Viene de la lengua hebrea.

Este joven constituye por sí solo una lumbrera de la Iglesia española y universal. Nadie como él ha sabido transcribir las delicias del alma unida íntimamente a Dios. Es el poeta místico por excelencia en toda la espiritualidad cristiana. Hasta el mismo Papa Juan Pablo II hizo su tesis doctoral sobre su rica espiritualidad.

Nació en Avila, Fontiveros, en el año 1542. El vio claro que su vida estaba destinada a la contemplación del misterio cristiano. Por eso entró en la Orden Carmelitana a los 21 años.

No cabe duda de que influyó mucho en su decisión la amistad que le unía a santa Teresa de Avila. Al ver a este joven huérfano de padre y su madre trabajando mucho y al pobre Juan contribuyendo con su dinero de enfermero en el hospital, se dio cuenta de lo que valía.

Los superiores lo enviaron en seguida a estudiar a Salamanca. Vivió con gran austeridad de vida. En sus momentos de intimidad con el Señor le vino la idea de reformar el Carmelo junto a Teresa de Avila.

Por esta razón tuvo que sufrir lo suyo. Había carmelitas que pasaban de reformas. Estaban conformes como estaban. Y mucho menos iban a adaptarse a las costumbres rígidas que este joven quería imponerles a todos.

Era para ellos un signo vivo de contradicción. Lo encarcelaron nueve meses en Toledo. Es de este tiempo de donde nace su "Cántico Espiritual".

Cansado de tanta cárcel, huyó y se refugió en las carmelitas descalzas.

Fue el lugar propicio para que comenzará una actividad incansable para ellos y para ellas. Su lema fue la obediencia al Espíritu Santo.

Cuando volvió a Castilla, cargó sobre sus hombros grandes responsabilidades que fueron minando su ya quebrantada salud.

Con su alma preclara y llena de alegría dijo estas famosas palabras:<< Al final de nuestros días, se nos examinará sobre el amor>>. Murió santamente en el 1591. Es doctor de la Iglesia.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre y a los carmelitas!

"¡Oh soy feliz. Pues puedo decir con verdad, que el único amor de mi corazón ha sido El" (Santa Teresa de los Andes).